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Salvador Dalí y el cine: una relación inseparable

Salvador Dalí y el cine: una relación inseparable

Cuando uno piensa en la palabra “pintor”, seguramente solo nos vendrá a la mente una brocha, pintura y un cuadro. Pero algunas veces un artista no solo se dedica a una sola área, sino que su trabajo trasciende a múltiples categorías. Algunas veces un autor puede llegar a conquistar a todos por su personalidad y manera de ver el mundo hasta inspirar a miles de personas que vinieron mucho después de que su tiempo terminó. Uno de esos conquistadores fue Salvador Dalí, rey del surrealismo y apasionado de cualquier expresión artística, quien logró traspasar hasta el lugar donde surgió su amor por el arte: el cine.

Sus inicios en el cine

Durante sus primeros años, Dalí era un pequeño niño que, como imaginamos, no era muy común. Solía decir que era la reencarnación de su hermano mayor que había fallecido años antes de que él naciera. Pero eso no era lo único. Estaba obsesionado con los filmes de Charles Chaplin, Buster Keaton y Harry Langdon, quienes se convirtieron en inspiración en su visión del mundo y en cómo él se expresaba en él, lo que fue explorado en una exhibición hecha en Tate Modern, Londres. De cada uno de ellos, sacó un elemento diferenciador que se convirtió en su firma como la sonrisa sin espíritu de Keaton en múltiples pinturas.

Cada una de sus creaciones contenía elementos cinematográficos e intentaba que se vieran como si están en movimiento, como si lo que tiene vida propia y nos muestra una historia escondida en ese sueño en óleo. 

Salvador Dalí
Fotograma de Spellbound (Alfred Hitchcock)

Trabajo con la pintura en movimiento

Gracias a ese amor que Dalí sentía por las películas, se atrevió a experimentar con ellas. En 1929 hizo una serie de colaboraciones con Luis Buñuel durante su exilio en París, en esa época dorada de los surrealistas. Una de las que más resalta por lo controversial y especial que fue es Un Chien Andalou (1929). 

Años más tarde, hizo un corto junto a Walt Disney en 1946 titulado Destino, el cual fue publicado en el 2003 cuando fue terminado. Pero uno de los más destacados para muchos es el Diseño de Producción de una escena de un sueño para el filme de Alfred Hitchcock, Spellbound (1945), donde podemos ver completamente cómo funcionaba realmente el movimiento artístico del que formaba parte.


Salvador Dalí y Elsa Schiaparelli

Dalí inspiró a una de las diseñadoras italianas más famosas de la historia: Elsa Schiaparelli.

Schiaparelli adaptó el trabajo de Dalí y lo trasladó a las pasarelas. Logró que bocetos del artista sobrarán vida en vestidos que eran obras de arte. El trabajo de Schiaparelli fue tan relevante que inspiraría años más tarde a diseñadores tan irreverentes como Alexander McQueen.

Salvador Dalí
Elsa Schiaparelli y Dalí

El surrealismo actual

Cuando terminó su tiempo en Hollywood y decidió volver a Europa, ese trabajo en las pinturas en movimiento culminó. Pero su legado siguió. Múltiples directores se han inspirado en él para poder desarrollarse. David Lynch es el principal en el surrealismo cinematográfico y quien ha hecho que sus piezas completamente inspiradas en sus fantasías, sin que importe que no tengan ningún sentido.

Otros han seguido también este camino como Guillermo del Toro y Tim Burton. Así el trabajo de Dalí no se desvaneció, sino que trascendió, al igual que su deseo de hacer nuestros sueños realidad y a pesar de que hayan pasado los años, Salvador y el mundo cinematográfico se siguen manteniendo unidos.

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